PAPELES PARA EL PROGRESO
DIRECTOR: JORGE BOTELLA
NÚMERO 47                                                                                           NOVIEMBRE  - DICIEMBRE  2009
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PERIODISMO Y REFLEXIÓN

 
A veces la dinámica de una profesión hace que las decisiones hayan de ser tomadas con relativa inmediatez, lo que implica para las personas que ejercen esa actividad una especial agilidad mental o aventurarse en tomar decisiones sin la preceptiva reflexión. En el periodismo, la importancia en hacer de algo una noticia exige cierto apresuramiento entre el conocimiento y la exposición, para que ese contenido mantenga un máximo de novedad. Se ha dicho por alguien que "nada hay tan antiguo como una noticia de prensa de días pasados". Esa exigencia de actualidad del periodismo es lo que configura una forma de expresión en los medios que, a veces, roza el terreno de la incorrección, quizá porque la improvisación invade lo que se debería a la reflexión.
Los medios modernos que la tecnología ha facilitado para el trabajo en la redacción suponen un apoyo importante para lograr la edición de forma inmediata. Piénsese en las ediciones digitales, radio, teletextos, etc. que aportan un posible detrimento de la calidad al haber sido eliminados medios humanos intermedios, como los correctores, cuya finalidad era la cuidada perfección de la edición. Aun cuando se percibe por los destinatarios de los medios una relajación de la calidad formal, no constituye tanto un motivo de inmcorformidad como la inconsistencia de muchas noticias redactadas sin la debida reflexión sobre lo que se transmite, aunque es verdad que la mayoría de las incoherencias son detectadas por quienes son especialistas en el tema, pasando inadvertidas para el resto del gran público. Lo que ocurre es que, como casi toda persona sabe bastante de algo, la confianza de veracidad de un medio se juega a diario en la proporción de exactitud de sus noticias.
Muy posiblemente el periodista deba practicar la reflexión previa, con la que ejercitarse en el análisis de los temas, de modo que estructure su conocimiento para evaluar con agilidad cada noticia en función de las condiciones de verosimilitud que se dan conforme a la realidad del entorno donde se produce. Cuánto más la noticie rompe con las expectativas de verdad, mayor reflexión deberá prestarse para no ser víctima del error de la precipitación. Hay que tomar en consideración que cuánto más inesperado es un acontecimiento, más noticia es, pero también mayor es la posibilidad de que unos datos incorrectamente interpretados generen una noticia poco ajustada a la verdad.
Quizá, cuánta reflexión exija cada nuevo trabajo es algo que se consigue con la experiencia en el medio, lo que induce a pensar que la madurez profesional está muy vinculada al buen juicio con el que cada redactor cuantifica qué proporción de reflexión merece cada acontecimiento para ser expuesto con coherencia y seguridad. Se cuenta que Napoléon exigía a su ayuda de cámara: "Vísteme tranquilo, que tengo prisa". Lo verdadero efectivo del buen periodista es un compendio de sagacidad, de agilidad mental y de saber pensar, cuyo cóctel nunca debe dejar de que se perciba la razón que asiste a quien así se expresa.