PAPELES PARA EL PROGRESO
DIRECTOR: JORGE BOTELLA
NÚMERO 70                                                                                       SEPTIEMBRE - OCTUBRE  2013
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NATURALEZA INCOMPASIBLE
 
La esencia propia del mundo material es realizarse según un modo de ser determinado, o sea: que a cada acción le corresponde necesariamente una reacción determinada, que no puede dejar de producirse. Eso hace que los actos del mundo material puedan predecirse según leyes, que el conocimiento humano ha podido ir definiendo por la reiteración de la percepción de los procesos de transformación de la materia. Lo que también ha podido comprobar la ciencia es la incapacidad del mundo material para actuar de un modo compasible con las consecuencias que esas reacciones producen.
Como el ser humano está  dotado de intuiciones creativas por las que dirige su acción para lograr la reacción deseada, ello le permite evaluar previamente el bien y el mal derivado de la acción, de modo que puede según su voluntad variarla o no ejecutarla por compasión sobre sus efectos perniciosos colaterales o futuros, aunque generase beneficios inmediatos a la mente que motiva la acción. Esa predisposición humana es la que lo puede inducir a considerar que la naturaleza material estuviera dotada de capacidades de discernimiento respecto a los efectos del fin.
El hombre puede ser compasivo, capaz de perdonar y rectificar, en función del fin, aunque no esté obligado a serlo de modo necesario por su propio modo de ser, sino que la facultad de la libertad le capacita a hacerlo. Ese perdón y rectificación de la acción cuyo efecto causa mal a otro, que depende de los sentimientos y motivaciones de cada personalidad, le caracteriza como una clase de ser con referencias de lo perfectible de su acción dentro del conjunto del movimiento de transformación universal.
La naturaleza material, toda la que en su forma de ser no posee inducciones que causen de modo distinto del modo propio de sus componentes es la que se suele designar simplemente como naturaleza, haciendo distinción de las connotaciones que pudieran seguirse de facultades de inducción racional.
Esta naturaleza, que sigue un proceso de evolución, permite discutir sobre si ese proceso es determinado o determinante, según que las causas-efectos se consideren invariables o variables en función de cada entorno producido con anterioridad. En una y otra posibilidad lo que sí se genera es una necesaria y uniforme respuesta a cada idéntica causa, por más que haya un número de causas distintas para el conocimiento humano.
La noción de ley natural representa el conjunto de toda esa necesidad y determinación de que a cada causa material le siga el correspondiente efecto, lo que hace que una naturaleza pudiera readaptarse en su evolución variando la entidad de las causas, pero que considerada en un tiempo concreto le sea imposible ser compasiva con la valoración desfavorable de su acción.
El hecho de que a la naturaleza se la pueda considerar incompasible tiene relevancia en cuanto la desestabilización que se pueda introducir en ella por la acción voluntaria del hombre puede generar respuestas que no se hayan previsto; siendo la entidad de esas reacciones las que han de ser siguiendo las leyes propias de la materia. Genere la perturbación que genere, la naturaleza actúa sin piedad, como una mera reacción que a los ojos humanos pueda llegar a considerarse desproporcionada e injusta. La historia está lleva de calamidades para la humanidad que provienen de la naturaleza, afectando millones de personas. Piénsese en las pandemias de peste, sida o gripe, la desertización, las hambrunas, el cambio climático, etc.
Quizá lo que corresponde hacer al ser humano es no colaborar a que la naturaleza muestre su incompasibilidad, no provocándola con acciones que alteren su estructura, siempre difíciles de prever en sus consecuencias porque la reacción global a muchas pequeñas agresiones puede ser tan grave como la respuesta en cadena a una sencilla perturbación. No se debe olvidar que, aunque el hombre siempre puede rectificar en lo que obra, la naturaleza nunca perdona.
 

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