PAPELES PARA EL PROGRESO
DIRECTOR: JORGE BOTELLA
NÚMERO 70                                                                                       SEPTIEMBRE - OCTUBRE  2013
página 10
 

IMITAR A LOS ANIMALES

 
La caracterización social de los seres humanos está dirigida a que se realice compartiendo actividad y sentimientos unas personas con otras. Ello no obsta para que también se pueda disfrutar del trato con mascotas o que por condiciones de vida se tenga contacto con otros animales, facilitando ese trato descubrir en el modo de ser de esos seres vivos formas que sugieren modelos ejemplares. Otras veces son los naturalistas quienes divulgan observaciones sobre comportamientos originales que por sus características podrían connotar algún tipo de valor.
El interés hacia los animales ha aumentado mucho en los últimos decenios, tanto como también se ha producido un alejamiento, en muchas partes del mundo, del contacto directo con los animales por el abandono de la vida rural y la reclusión de las personas humanas en ciudades. Ello está produciendo que en las nuevas generaciones arraigue una idealización de los animales basada en la potenciación de la imaginación y en la falta de la experiencia directa personal, salvo la que se pueda tener por el trato con las mascotas.
A veces el poder mental de la imaginación se convierte en el inductor de la razón para considerar a los animales como modelos vivientes del estado natural del hombre previo a la civilización, y de ello concluir formas de comportamiento que le retrotrajeran a un estado primitivo más puro y más perfecto. Como ejemplo se puede considerar la opinión de algunas personas que defienden que el hombre no debería beber mientras come, porque la generalidad de los mamíferos no lo hacen.
Para no caer en falsos idealismos lo aconsejable es partir de la diferencia esencial del ser humano y los animales, en que aquél está dotado de una inteligencia intuitiva y creativa, de la que no se tiene constancia que exista en las demás especies de seres vivos. Por eso se dice cono mota característica de los humanos ser animales racionales. Es esa razón del hombre la que le ha permitido civilizarse, haciendo día tras día más diferenciada su vida de la de los animales. Admitiendo la crítica de que no es todo positivo en esa civilización, no cabe, sin embargo, denostarla porque sea cierto que con su creatividad se aleja progresivamente de su estado original, ya que quienes eso sostienen sólo comprenden en esa esencia la actividad corporal que le es común con los demás animales.
El distanciamiento creciente entre el modo de ser del hombre y el de los demás seres vivos se debe a la creatividad intelectual, que le permite aplicaciones para obtener una relación con la realidad material que le mejoren sus condiciones de vida, según su juicio, que en muchas cosas no deja de poder estar equivocado. Así se podría dar respuesta a quienes le critican beber al comer que lo hace porque puede embotellar el agua y servirla a la mesa, algo que como los animales no pueden hacer han de desplazarse a los manantiales y ríos a hacerlo después de tomar los alimentos sólidos. Lo que no quita que el hombre, como en sus orígenes también tuvo que hacerlo como los animales, conserve en su organismo una reminiscencia de ese modo de obrar.
 

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