PAPELES PARA EL PROGRESO
DIRECTOR: JORGE BOTELLA
NÚMERO 73                                                                                     MARZO - ABRIL  2014
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CREENCIAS

 
Creer es un acto intelectual, por el que el entendimiento admite como cierto lo que no ha descubierto como verdad, sino que se acepta ese contenido en función de la confianza de quien se recibe, siempre y cuando no surja contradicción crítica con la propia capacidad de justificación.
Las creencias se consideran propias e intrínsecas a la práctica religiosa, que exige fe a una doctrina cuyo contenido espiritual no admite demostración científica, sino una adhesión moral de la voluntad aceptada desde la experiencia de un sentimiento de realización. No obstante, las creencias de las personas no se circunscriben a la religión, sino que un gran parte del saber y la confianza en las relaciones humanas se basan en creencias intelectuales no demostradas sino consentidas. Baste poner como ejemplo la creencia en infinidad de argumentaciones científicas de las que sólo se aseveran por la confianza en los datos de los expertos que las certifican. También se cree en la certeza de la filiación, en la acción de la medicina, en el relato histórico, en el buen hacer de los amigos, etc. Las creencias ayudan a los seres humanos a economizar enormes recursos mentales para justificar cada un o de los contenidos de verdad que deben emplear en sus relaciones sociales.
Como hombres y mujeres están dotados de conciencia intelectual, diferencian el grado de credibilidad que se presta en cada juicio racional, lo que hace que cada creencia admita una cierta parte de justificación interpretativa en el intelecto y otra parte de confianza en la sabiduría de un tercero, de quien se admite la capacidad adquirida o innata para poder superar el pertinente contraste de verificación. Con todo ello, toda creencia admite la posibilidad de error tanto por la capacidad del intelecto, como en la vía de comunicación o en el riesgo de veracidad de la autenticidad de la fuente que se acepta como transmisora de un contenido verdadero. Todo ello hace que el entendimiento humano se debata entre la necesidad de tener creencias y la conformidad de adhesión a las mismas.
No es extraño que las creencias se consoliden y se debiliten cíclicamente en el intelecto de cada persona cuando su conciencia se cuestiona cada una de ellas, ya que aunque se admita la conveniencia práctica del acto de creer por confianza, ello no elimina la lógica curiosidad por la verificación de cada creencia cuando la incertidumbre sobre su contenido se acrecienta por cualquier causa.
Lo que cada persona cree no siempre se identifica con lo que confiesa creer, porque se aceptan conceptos y proposiciones del entorno cultural que ni siquiera se someten a una mínima prueba de asentimiento verificativo. Son creencias que, sin que se puedan calificar de innatas, se pueden considerar como espontáneamente asimiladas por la mente de la comunicación social, que se mantienen latentes hasta que su aceptación implica una responsabilidad intelectual, cuando entonces la conciencia exige a la razón deliberar las condiciones de verdad que las permitan sostener, pues la conciencia más pronto o más tarde discrimina lo que cree de lo que cree que debe creer porque el contexto social en el que se vive lo determina.
El respeto que se debe en conciencia cada persona para obrar con legitimidad exige la necesaria introspección para descifrar hasta qué punto las creencias que motivan sus actos se encuentran razonablemente justificadas por la razón; ya que, en caso contrario, si la voluntad siguiera una inercia social contraria a los fundamentos intelectuales de la razón, obrar así sería mantenerse en la hipocresía de una personalidad sometida a la contradicción de sus potencias anímicas.
La honradez intelectual de reconocer la propia capacidad para definir la autenticidad de lo que realmente se cree, sea mucho o poco, y de obrar en consecuencia no excluye, sino que alienta, profundizar en el saber que permita la apertura del entendimiento a las intuiciones que puedan hacerle creer lo que antes no creía.
 

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